TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA

Este blogfolio nació en 2008 para convocar la palabra escrita de las y los alumnos del TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA de primer año del Profesorado en Lengua y Literatura de la Universidad Nacional de Villa María, provincia de Córdoba, Argentina.

Trabajamos intensamente en clases presenciales articuladas con un aula virtual que denominamos, siguiendo a Galeano, Mar de fueguitos.

Allí nos encontramos a lo largo del año para compartir los procesos de lectura y de escritura de ficción. Como en toda cocina, hay rumores, aromas, sabores, texturas diferentes, gente que va y viene, prueba, decanta, da a probar a otro, pregunta, sazona, adoba, se deleita. Al final, se sirve la mesa.

Como cada año, publicamos los cuentos que cada estudiante escribió como actividad de cierre del taller para compartir con quien quiera leernos y darnos su parecer. Hemos trabajado explorando el género narrativo, buceando en las múltiples dimensiones de la palabra. Para ello, la literatura será siempre ese espacio abierto que invita a ser transitado.

Hemos ido incorporando, además y entre otras muchas experiencias de escritura creativa, el concepto de intervención performativa sobre textos y de patchwriting.

El equipo de cátedra está conformado por Jesica Mariotta, Natalia Mana y Mauro Guzmán, quienes le ponen intensidad amorosa al trabajo del día a día, construyendo un hermoso vínculo con las y los estudiantes.

Beatriz Vottero - coordinadora


Marianela Acosta

                                                                                                                                

29 de agosto, 2000
EL DIARIO    

Terrible femicidio

Una joven de veinte años, Julia Mozoni, fue encontrada esta mañana por efectivos de la policía en un descampado. Después de varios días de búsqueda ha sido encontrada sin vida. Lo impresionante fue que no presentaba golpes ni semejantes, sino algo aun más extraño: le faltaba su corazón.

Esta es la historia de Fran y Rebeca, dos jóvenes exitosos que se conocieron por casualidad. Una noche en una fiesta, a la que los dos habían ido por obligación, surgió su encuentro; entre palabras y copas entablaron una relación. Siempre él la visitaba a ella en su departamento, debido a que ella vivía sola. Después de un tiempo de salidas decidieron ponerle un título a esa relación y la llamaron noviazgo.                                                                                                      
Rebeca era una exitosa arquitecta graduada en una importante universidad de la ciudad. Vivía entre planos y bosquejos y no le daba mucha importancia al amor hasta que Fran apareció en su vida.  
La relación marchaba muy bien, hasta que un día Rebeca terminó muy enojada con su novio. Después de tantos meses que llevaban juntos ya era hora de que ella conociera su casa, pero Fran siempre tenía una excusa para ello. Al principio, no se quejaba pero luego de un tiempo quiso conocer más la intimidad de su novio. No le parecía que conocer su casa fuese un problema, pero  Fran no pensaba lo mismo.   
Él era músico, tocaba algunos instrumentos pero su verdadera pasión era el piano. Lástima que todo lo que sabía hacer con su música lo disfrutaba en la soledad de su departamento. Su novia moría por escuchar algo y conocer aquel dichoso piano, pero sólo se quedaba con lo que él le contaba.  Fran se pasaba horas y horas componiendo bellas canciones, todas de amor y odio, muerte y venganza. Casi nunca dormía, sólo componía.  Su piano era muy grande, ocupaba casi toda la sala del departamento, pero lo que lo hacía más bello era su color dorado.                                                                 
Un día, finalmente, él aceptó que Rebeca lo visitara allí, y ella quedó enamorada del lugar. Todo era color negro y el piano llamaba muchísimo la atención, su color era único e inolvidable. Fran tenía muchos cuadros de su país natal, España, que lo hacían sentirse como en casa. Los muebles eran demasiado antiguos para el gusto de Rebeca, de esos que ya ni se fabrican hoy en día, y se le dijo a Fran.  Sin embargo, el brillo del dorado era opacado por el gran olor a alcanfor que había en el lugar, de modo que el ambiente hacía imposible respirar, pero ella no dijo nada al respecto, y continuó allí como si todo estuviera bien.
En un momento, esperando que Fran trajera unas copas de vino, empezó a inspeccionar de cerca aquel piano, tocaba una que otra tecla y lo acariciaba suavemente por los bordes. Su suavidad otorgaba placer al tacto. En una de las patas tenía una inscripción que decía: Francisco Tonner, 20 de julio de 1900, España. –¿Francisco Tonner? se preguntó a si misma.
Al regresar le preguntó a Fran qué significaba eso, y él contestó que su bisabuelo tenía su mismo nombre y también era pianista. ¿Nació el mismo día que vos? – Ah, sí me olvidé de eso! – ¡Cuántas coincidencias!
Fran comenzó a tocar y cantar, y así pasaron las horas entre los dos, en apariencias dándole muy poca importancia a la última conversación.                                                                                  
Sin embargo, no había sido tan así para Rebeca, que al llegar a su casa se pasó horas y horas en internet buscando el nombre de Francisco Tonner o quizás algún pianista famoso de España que tuviese un piano dorado, pero su búsqueda fue en vano y esto provocó más dudas en ella.
Sabía que su novio era famoso antes de venir a Argentina, no podía ser que no hubiese nada sobre él.  Decidió entonces preguntarle directamente a Fran, pero él cambiaba constantemente de tema y no le daba importancia a sus interrogatorios. Y así pasaron los meses, siguieron juntos y felices. Rebeca continuó con su trabajo y lo que sabía acerca de su novio le bastaba para amarlo como lo hacía.
El día del cumpleaños de Fran ella decidió hacerle una sorpresa, compró algo de comida y fue hasta su departamento para estar con él. Al llegar, la puerta estaba sin llave pero no había nadie allí, o eso le parecía. Lo esperó un largo rato, lo llamó, pero nada. Decidió entonces recorrer el espacio, encontró una pequeña biblioteca y se puso leer. Era de revistas y viejos periódicos de España, y se puso a hojearlos sin interés, sólo para pasar el tiempo, hasta que encontró una noticia que le llamó la atención: trataba de una joven asesinada un tiempo atrás, cuyo cuerpo había sido encontrado sin corazón. La joven era de España, del mismo lugar de donde provenía Fran, pensó que seguramente por eso él había guardado la noticia, después le preguntaría.
Siguió recorriendo el departamento y encontró una cajita brillosa de cristal, decidió abrirla y vio que algo latía en su interior, la soltó de un salto y ésta cayó al piso. Al darse vuelta, Fran la estaba mirando, su aspecto era raro, estaba pálido y sus colmillos eran casi demasiado grandes.  Lo miró y sólo atinó a decirle: vos sos…                                               
Al llegar la policía Rebeca estaba boca abajo, no tenía golpes ni semejanzas, sólo un hueco en el pecho, apenas perceptible.
                                                                                                                         

1 comentario:

profe Beatriz dijo...

Elegiste la vertiente gótica del género fantástico, Marianela, y lograste un relato intrigante a partir de acciones simples, cotidianas. De ese modo el narrador transmite al lector lo más cautivante y aterrador del género: lo que le sucede a Rebeca le puede pasar a cualquiera. Todos podemos toparnos (y hasta enamorarnos) de alguien que esconde su verdadera identidad.
Ojalá esta propuesta de escritura en el taller anime tu deseo de seguir explorando las infinitas dimensiones de la palabra.