TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA

Este blogfolio nació en 2008 para convocar la palabra escrita de las y los alumnos del TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA de primer año del Profesorado en Lengua y Literatura de la Universidad Nacional de Villa María, provincia de Córdoba, Argentina.

Trabajamos intensamente en clases presenciales articuladas con un aula virtual que denominamos, siguiendo a Galeano, Mar de fueguitos.

Allí nos encontramos a lo largo del año para compartir los procesos de lectura y de escritura de ficción. Como en toda cocina, hay rumores, aromas, sabores, texturas diferentes, gente que va y viene, prueba, decanta, da a probar a otro, pregunta, sazona, adoba, se deleita. Al final, se sirve la mesa.

Como cada año, publicamos los cuentos que cada estudiante escribió como actividad de cierre del taller para compartir con quien quiera leernos y darnos su parecer. Hemos trabajado explorando el género narrativo, buceando en las múltiples dimensiones de la palabra. Para ello, la literatura será siempre ese espacio abierto que invita a ser transitado.

Hemos ido incorporando, además y entre otras muchas experiencias de escritura creativa, el concepto de intervención performativa sobre textos y de patchwriting.

El equipo de cátedra está conformado por Jesica Mariotta, Natalia Mana y Mauro Guzmán, quienes le ponen intensidad amorosa al trabajo del día a día, construyendo un hermoso vínculo con las y los estudiantes.

Beatriz Vottero - coordinadora


Erika Villalón

Caminos
Caminaba tranquila por la ciclovía, dos de la tarde, un día común de septiembre. Mi vieja me había dicho hija ponete una gorra aunque sea, como vas a salir con este sol a caminar… me sentí un poco mareada pero no le di mucha importancia al asunto, seguí hasta que me asusté y me senté en un banco casi por la mitad del camino.
¿Te sentís bien?, me dijo. Creo que se me bajó la presión, le respondí todavía mareada. Sí, pasa que está fuerte el sol para salir, más a esta hora, a quién se le ocurre. Me quise parar y no pude, me sentó muy amablemente de nuevo en el lugar, me convidó de su botella de agua y me dijo que me relajara, queriendo tranquilizarme, pero la verdad es que el asustado era él; creo que así como yo, no sabía que debiera hacerse en esos casos.
Su voz me pareció peculiar, me recordó mis vacaciones de verano en Salta, a la tonada de mi prima, diciéndome no opa, vení desde aquí se ve mejor… lo primero que le dije después de sentirme mejor fue vos no sos de acá, ¿no? A lo que contestó me parece que la que no es de aquí, sos vos!... ¿Cuánto habré estado desmayada? Es desconcertante no tener la noción del tiempo cuando a uno le pasa algo así, ¿me estarán buscando?...  me decís la hora por favor. Si, son las dos y cuarto.
Logré levantarme, no del todo bien, comenzamos a caminar. Después de dos o tres cuadras, me di cuenta no sólo de que bajábamos, sino de que no estaba en Oncativo. Por un momento pensé seguir dormida, o por lo menos eso me dije a mí misma para no reaccionar como una loca, creo que en un momento así cualquiera reaccionaría mal. Seguimos caminando, bajamos del cerro y me dijo ¿vivís cerca? ¿vamos bien?...
Temprano, esa mañana Isaías le había recordado a Meri sobre la fiesta que tendrían en casa de unos amigos por la noche; todavía ese pensamiento pasaba por su cabeza, como así también el pensar en él y la discusión sin fin que podría causar toda la situación en caso de que él la viese caminar con otro hombre… Al seguir el camino charlamos de la vida, de nuestros proyectos, y me contó de sus planes de viajar y conocer Perú, más precisamente las ruinas del Machu Pichu, que ese mismo año había comenzado a ahorrar dinero y a hacer trabajos de jardinería como para obtener otro ingreso, comenzó contándome que quizás en tres años si sus cálculos no fallaban estaría viajando. Pensar que tres años atrás yo tenía el plan de venirme a vivir a Salta, lo que postergué indefinidamente al conocer a Isaías. No le comenté de esto, a veces es lindo soñar con lo que podría ser, y creo que es lo que estoy haciendo.
Llegamos a casa de mi tía y me recibieron como si me estuvieran esperando, me quedé ahí y luego de intercambiar números le pregunté muy avergonzada: ¿Cómo te llamás? Danilo.
Entre charlas sus primas mecnionaron que estaban en el año 2009, tres años antes de lo que ella tenía consciencia de estar viviendo… Hablar con mis padres y que no me pregunten de Isaías me resultaba confuso, hasta aumentaba mis dudas de si mi futuro marido era o no producto de mi imaginación.
Tres años de noviazgo, trabajo, proyectos concretaron el amor de estos individuos que sin querer se complementaban.
Danilo me ayudó de distintas formas, conseguí el trabajo que más me gusta hacer y se convirtió en mi compañero de vida. Nuestras rutinas eran muy divertidas. Sus proyectos se convirtieron en los míos y mis proyectos en los suyos.
Esa tarde caminábamos con Danilo, como de costumbre, por el cerro donde nos habíamos conocido, era uno de nuestros últimos días en Salta. Luego de años, habíamos podido recaudar el dinero suficiente para viajar a Perú. Entonces me sentí mareada, pero continué caminando y charlando sobre el viaje.
Sólo recuerdo que me desperté y fue como regresar al futuro o a mi presente, no lo sé; lo primero que vi fue a Isaías y pese a que hubiera deseado ver a Danilo, me sentí aliviada de ver un rostro familiar. Extrañaba su vida, su lugar y su familia, todo fue como regresar de unas vacaciones, aunque Meri sabía que jamás sería lo mismo. Esa misma noche, como lo habían planeado, tenían una fiesta, llegaron a casa de su amiga, fue un impacto grande ver a todos sus amigos, pero se contuvo al darse cuenta de que sólo ella sabía lo sucedido.

Durante la fiesta tuve la sensación de no pertenecer a ese sitio, a ese grupo de personas, o por lo menos fue hasta que entré en la cocina y detrás de mí entro él. Lo vi y me sentí de nuevo en casa, segura, nos miramos y me dijo: ahora sabes lo que fue, pero… ¿tenés idea qué será?  

1 comentario:

profe Beatriz dijo...

Es compleja la trama de tu relato, Erika. Obliga al lector a un esfuerzo que le permita rearmar a cada paso las relaciones entre los personajes, delimitando las identidades y los procesos que cada uno va sufriendo. Has sabido aprovechar los tópicos de la cuentística fantástica relativos al tiempo y a la fatalidad. Ojalá esta primera experiencia te anime a seguir trabajando en la desafiante aventura de la escritura de ficción.