TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA

Este blogfolio nació en 2008 para convocar la palabra escrita de las y los alumnos del TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA de primer año del Profesorado en Lengua y Literatura de la Universidad Nacional de Villa María, provincia de Córdoba, Argentina.

Trabajamos intensamente en clases presenciales articuladas con un aula virtual que denominamos, siguiendo a Galeano, Mar de fueguitos.

Allí nos encontramos a lo largo del año para compartir los procesos de lectura y de escritura de ficción. Como en toda cocina, hay rumores, aromas, sabores, texturas diferentes, gente que va y viene, prueba, decanta, da a probar a otro, pregunta, sazona, adoba, se deleita. Al final, se sirve la mesa.

Como cada año, publicamos los cuentos que cada estudiante escribió como actividad de cierre del taller para compartir con quien quiera leernos y darnos su parecer. Hemos trabajado explorando el género narrativo, buceando en las múltiples dimensiones de la palabra. Para ello, la literatura será siempre ese espacio abierto que invita a ser transitado.

Hemos ido incorporando, además y entre otras muchas experiencias de escritura creativa, el concepto de intervención performativa sobre textos y de patchwriting.

El equipo de cátedra está conformado por Jesica Mariotta, Natalia Mana y Mauro Guzmán, quienes le ponen intensidad amorosa al trabajo del día a día, construyendo un hermoso vínculo con las y los estudiantes.

Beatriz Vottero - coordinadora


Gustavo Cagnolo

La Clave para Sobrevivir

Tengo que contarles esta historia para que comprendan el raro comportamiento de mi hermano Zyan o ¿debo decir Mario? No importa, luego comprenderán. La noche del 20 de agosto Zyan estaba muy raro después de la cena en casa de la abuela. Fue esa misma noche que había estado todo el día en internet y además era extraña la forma de saludar a la abuela y a todos los que estaban allí. No le di importancia pero al pasar los días esa extrañeza se fue acrecentando más y más. Él siempre me contaba sus secretos pero cada vez conversábamos menos. Fui yo quien empecé a acercarme a él para que me contara acerca de su rara actitud, pero no parecía confiar en mí. Aunque su apariencia física era la misma de siempre, sus gestos me parecían que escondían algo muy complicado para explicarme.
Un día, él ya no soportaba más los abusos de nuestro padre. Noté que buscaba como nunca algo que para él era muy importante. Siempre repetía algo de una computadora y la clave para que no se la olvidara: XYGT290. Nunca voy a olvidar el nombre que acompañaba ese nerviosismo:     “Mario.”
“Es inútil, Facebook, Hotmail, Outlook, todo es inútil. Debería volver urgente a Argentina, pero ¿cómo desaparecería de mi  nuevo hogar?” Todo esto decía en voz alta. De repente, salió a caminar y fue que pude entrar a su habitación. Escrito en un papel en su escritorio pude leer: “rastrear a Zyan (Mario) mediante las sensaciones y experiencias que se me manifiestan.” Ahí comprendí que algo raro pasaba y tenía que descifrarlo con la ayuda de mi mejor amiga. Le comenté la situación en la que mi hermano se encontraba. Al principio consideramos la posibilidad de haberse vuelto loco, pero esa insistencia de viajar casi lo llevaba muy lejos. Cada vez que él salía de la casa, mi amiga y yo entrábamos a su cuarto y veíamos qué pistas podíamos encontrar. Anotamos en una lista todo lo que teníamos:
Clave: XYGT290
País: Argentina  Nombre: Zyan (Mario)
Computadora: Facebook, Hotmail, Outlook
             ¿Qué querían significar esas cosas que anotamos en la tarjeta? Dijimos que no revisaríamos las páginas de internet de su computadora, pero me preocupaba que mis padres notaran que Zyan anduviera en algo raro. Después de tantas páginas web revisadas llegamos a una dirección que realmente nos sorprendió:
En esa página el encabezado era el siguiente:
REALIDAD VIRTUAL
una máquina para intercambiar los cuerpos

Cuando vimos eso no lo podíamos creer, parecía ser un sueño, le pedí a mi amiga que me pellizcara para asegurarme de que lo que estaba leyendo era verdad. Nunca supimos cómo lo había logrado pero esa debió haber sido la explicación para que Zyan estuviera actuando de la manera inusual en la que lo hacía. Cada día estaba más nervioso y ya no podía aguantar la situación. Zyan había expresado que él podría rastrear a Mario mediante “las sensaciones que se le manifestaban”; cada día estaba pendiente de cuál era la próxima experiencia que Mario manifestaría en él. Según mi hermano, Mario estaba cerca. Era algo que yo no podía concebir, tenía tantas preguntas ¿cómo fue posible el intercambio de cuerpos? ¿“el otro” podía saber dónde estaba mi hermano? Y si era así, ¿estaba en nuestro país? ¿En dónde? No soportaba más esa duda y vi que papá estaba desquiciado porque le faltaba algo: su famosa pistola; nunca entendí lo que realmente pasó ese día hasta que seguí a mi hermano toda la noche caminando por lugares a los que nunca había ido antes. Llevaba algo en la campera; ¿era lo que le faltaba a papá? Rogaba que no. De repente veo algo que no puedo reproducir por escrito y creo que nunca lo haré. En el momento en que Zyan la sacaba de su campera, lo único que atiné a hacer fue gritar “¡No!..., puedes estar por aniquilarte a ti mismo” El resto… ya lo saben.

2 comentarios:

profe Beatriz dijo...

La idea del doble, de una alteridad engañosa y a la vez tan cierta en la percepción del sujeto, es un tema muy presente en la literatura fantástica, que has sabido aprovechar en un relato singular. La narración avanza sobre un crescendo de la intriga, trasladando astutamente al lector la angustia del hermano que lleva adelante la pesquisa, y rematando la dilucidación del misterio con un final cortazariano que estremece. Felicitaciones Gus!

Unknown dijo...

Gracias profe, muy lindo su comentario me encantó y me dieron ganas de seguir escribiendo. Les aconsejo a todos los que les guste escribir, que lo hagan ya que es muy placentero. Saludos, Gustavo