TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA

Este blogfolio nació en 2008 para convocar la palabra escrita de las y los alumnos del TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA de primer año del Profesorado en Lengua y Literatura de la Universidad Nacional de Villa María, provincia de Córdoba, Argentina.

Trabajamos intensamente en clases presenciales articuladas con un aula virtual que denominamos, siguiendo a Galeano, Mar de fueguitos.

Allí nos encontramos a lo largo del año para compartir los procesos de lectura y de escritura de ficción. Como en toda cocina, hay rumores, aromas, sabores, texturas diferentes, gente que va y viene, prueba, decanta, da a probar a otro, pregunta, sazona, adoba, se deleita. Al final, se sirve la mesa.

Como cada año, publicamos los cuentos que cada estudiante escribió como actividad de cierre del taller para compartir con quien quiera leernos y darnos su parecer. Hemos trabajado explorando el género narrativo, buceando en las múltiples dimensiones de la palabra. Para ello, la literatura será siempre ese espacio abierto que invita a ser transitado.

Hemos ido incorporando, además y entre otras muchas experiencias de escritura creativa, el concepto de intervención performativa sobre textos y de patchwriting.

El equipo de cátedra está conformado por Jesica Mariotta, Natalia Mana y Mauro Guzmán, quienes le ponen intensidad amorosa al trabajo del día a día, construyendo un hermoso vínculo con las y los estudiantes.

Beatriz Vottero - coordinadora


VICTORIA PERETTI

CARTAS

Paulina miraba por la ventana y suspiraba. La manera en la que llovía hizo que recordara las cartas. Las buscó en el cajón de su mesita de luz, al lado de la cama. Las encontró junto a unas fotos que había guardado allí para que, de alguna manera, quedaran sepultadas en el olvido. Las comenzó a releer buscando respuestas, a ver si algo podía explicarle por qué Martín no quiso seguir con ella.

Encontró, sin embargo, una carta diferente, una carta escrita por ella misma, pero que jamás envió. Allí explicaba algunas cosas que, al releerlas, lograron que ciertos recuerdos regresaran a su mente.

Comenzó a visualizar sus recuerdos como en una especie de portal en la pared que se encontraba en frente. Se veía a sí misma, veía a Martín y cada uno de los momentos que compartieron juntos. Comenzó a llorar y a gritar de manera desconsolada, nada podía calmarla. Su corazón palpitaba con fuerza.

Al oírla, una encargada ingresó a la habitación, le quitó las cartas y las fotos de sus manos y le dio un sedante. La recostó en su cama y Paulina se quedó dormida, junto a ella ese portal se cerró. Sus palpitaciones bajaron, y al despertar estaría mejor.

Hacía ya quince años que llevaba internada por intentar matar a Martín en un ataque de locura, para luego intentar suicidarse y así poder vivir juntos por la eternidad.

Quince años en que aquel recorte de diario, primero arrugado en un puño y luego vuelto a estirar para ser doblado y guardado en un sobre, titulaba: Grave denuncia contra el empresario Martín Dellepiane. Se lo acusa de intentar homicidio contra su esposa, madre de cuatro hijos. Aún no se ha dado con el paradero de la misma, ni encontrado el eventual occiso.

Un sobre que, quizás, nadie descubriría hasta que Paulina, por fin, cumpliera su objetivo. Tan colmados de cosas se encuentran siempre los tristes muebles de las cárceles.


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