TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA

Este blogfolio nació en 2008 para convocar la palabra escrita de las y los alumnos del TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA de primer año del Profesorado en Lengua y Literatura de la Universidad Nacional de Villa María, provincia de Córdoba, Argentina.

Trabajamos intensamente en clases presenciales articuladas con un aula virtual que denominamos, siguiendo a Galeano, Mar de fueguitos.

Allí nos encontramos a lo largo del año para compartir los procesos de lectura y de escritura de ficción. Como en toda cocina, hay rumores, aromas, sabores, texturas diferentes, gente que va y viene, prueba, decanta, da a probar a otro, pregunta, sazona, adoba, se deleita. Al final, se sirve la mesa.

Como cada año, publicamos los cuentos que cada estudiante escribió como actividad de cierre del taller para compartir con quien quiera leernos y darnos su parecer. Hemos trabajado explorando el género narrativo, buceando en las múltiples dimensiones de la palabra. Para ello, la literatura será siempre ese espacio abierto que invita a ser transitado.

Hemos ido incorporando, además y entre otras muchas experiencias de escritura creativa, el concepto de intervención performativa sobre textos y de patchwriting.

El equipo de cátedra está conformado por Jesica Mariotta, Natalia Mana y Mauro Guzmán, quienes le ponen intensidad amorosa al trabajo del día a día, construyendo un hermoso vínculo con las y los estudiantes.

Beatriz Vottero - coordinadora


KAREN RODRIGUEZ

Aquella vez Vanesa pensó que su mundo se le venía abajo. Todo comenzó por una molestia en su espalda, su madre preocupada la llevó al pediatra. Una internación urgente
Peligro de un paro cardio-respiratorio, dijo el pediatra mientras unas dos o tres enfermeras entraban al consultorio.
Fueron quince días en los que la tenían como rata de laboratorio, pruebas van, pruebas vienen. Un hecho muy peculiar confirma las sospechas de los médicos. Vanesa había atentado contra su vida en un “ataque” de locura, queriéndose largar de un 5to piso del Sanatorio Rosendo García en Rosario.
Pónganle las cámaras de oxígeno, hay que trasladarla a terapia intensiva, urgente -dijo la doctora Rodríguez.
Una vez en terapia, Vanesa fue sometida una prueba más, una biopsia en sus riñones en los cuales tenía una insuficiencia renal. Los resultados fueron obtenidos rápidamente, lo más rápido que se pudo y arrojaban que padecía de una enfermedad, Lupus Eritematoso Sistémico (LES) de grado IV. Dicha enfermedad la sufría 1 de cada 50 casos, generalmente la sobrellevaban adultos y era raro que una nena de 11 años la padeciera.
Hablaron con Beatriz, madre de Vanesa, le explicaron lo que tenía y la gravedad de su caso. El grado de su enfermedad era el más alto y el más jodido, podría terminar con su vida en cualquier momento, los médicos le daban 3 meses, ese era el tiempo en que la familia podría disfrutar de la compañía de Vanesa.
Cuando todo ya estaba estabilizado, Vanesa pudo irse a casa. La familia optó por no mencionarle nada de su corta vida. Quizás para Vanesa todo iba mejorando, siguiendo al pie de la letra las indicaciones de sus médicos, iba a control una o dos veces por semana. Para su familia cada día que pasaba era un reto más, nadie podía hacerse la idea de que ella en cualquier momento se iría y los dejaría.
Al cabo de un mes, Vanesa cae de nuevo internada por un paro cardio-respiratorio, su salud iba empeorando cada vez un poco más. Su mamá y su papá esperaban en los pasillos a que ella se recuperara, era raro porque antes de que se enfermara discutían siempre, mamá ya no se sentaba en la mesa a comer, según ella tenía muchas cosas que hacer, pero eso no importaba en ese momento. Las cosas mejoraban en su casa pero su salud decaía y Vanesa lo sabía. Despertó conectada a un respirador y a una máquina que determinaba el ritmo cardíaco de su corazón. Ese sonido no era muy agradable para absolutamente nadie, era muy molesto.
Vanesa se animó a recibir de nuevo el cariño de su amiga Belén, fue la única que se preocupaba en llamar a casa para ver cómo estaba, porque faltaba al colegio sin dejarle explicación alguna. Quizás ya era hora de que Belén supiera lo que realmente pasaba.
Belén no podía creer lo que Vanesa le contaba, pero entró en total shock cuando Beatriz hablo con ella y le dijo lo que Vanesa no sabía, que sus días estaban contados. Por lo cual le pidió algo muy especial:
“Vanesa siempre nos dijo que deseaba que tuvieras una amiga más aparte de ella, sería una alegría para ella que se le cumpliera eso”.
Al día siguiente Belén llegó a la casa de Vanesa con Laura, su amiga desde que ella empezó a faltar al colegio. Compartieron un momento muy lindo. Esa noche Vanesa compartió una cena con toda su familia, rieron hasta que le dolió la panza, recordaron todos los momentos hermosos que pasaron y olvidaron por lo que estaban pasando.
Cuando todo ya permanecía tranquilo, Vanesa decidió que ya era tiempo de irse. Había logrado que sus padres no se divorciaran y que vivieran una relación sana. Belén ya tenía una amiga con la cual compartiría su vida. El paso por sus vidas ya estaba resuelto.
Nadie recordaría que ella pasó por sus vidas.

No hay comentarios: