Apagué el despertador y luego de unos minutos tomé conciencia del día que comenzaba. Había esperado aquel momento con muchas ansias: empezar la universidad. Nunca me consideré una persona nerviosa, pero especialmente ese día lo estaba. Un nudo en el estómago daba cuenta de ello. En mi mente se planteaban miles de preguntas acerca de cómo sería el nuevo ámbito y las nuevas personas.
Comencé a cambiarme y fui al baño a lavarme la cara. Me arreglé y cuando me dispuse a plancharme mis rulos desprolijos sentí una sensación diferente, algo en mi cabeza dolía. Sin darle mucha importancia continué mi vida.
Fui a la universidad y luego de conocer personas muy amables, mis nervios se esfumaron, pero algo en mi cabeza continuaba molestando.
Al día siguiente la sensación se hizo más intensa cuando fui al baño a alisarme mis rulos. Un dolor fuerte dentro de mi cabeza punzaba mi sien, mi piel, mi cerebro. Fue allí cuando me hablaron. Voces internas y agudas me empezaron a aturdir, gritaban, sollozaban, se quejaban. Era el infierno en mi propia mente.
Pensé en algo malo que hubiera hecho y podría estar despertando mi conciencia pero nada justificaba tales voces. - ¡Maldita! ¡Asesina! ¡Jamás dejaremos de molestarte!... decían sin dejarme en paz. Yo les hablaba, les preguntaba, les suplicaba que se detuvieran.
De un día para otro mi vida cambió totalmente. Ya no había tranquilidad y el nudo en el estómago jamás se iba, me demostraba que los nervios estaban allí, que no podía tener paz. En la universidad me llamaban “la loca”, y comprendo que me veían así con razón. ¿Quién no pensaría que una chica está fuera de sus casillas cuando habla sola en plena clase, se agarra la cabeza, se queja y grita cuando todos están en silencio? Lamentablemente eso parecía, por momentos hablaba con las voces, les suplicaba que pararan, hasta alguna lágrima aparecía en plena clase. A veces gritaba sin razón cuando ya estaba saturada, tomando conciencia enseguida que todas las miradas de mis compañeros estaban sobre mí.
¿Por qué no dejaste la universidad y fuiste al médico? Se preguntarán. Lo cierto es que comencé a hablar con las voces y encontré la forma de calmarlas en el momento justo, fue como manejar la conciencia. Entonces logré escucharlas sólo en solitario. Hasta les pedía perdón, sin saber lo que había hecho. Se hicieron mis compañeras tal vez.
Luego que empecé a convivir con ellas, un nuevo problema surgió. Lo descubrí cuando fui al baño. Tal vez este sitio de mi casa estaba maldecido, pero allí me di cuenta que mi cabello estaba desapareciendo: ¿los nervios? Pensé. ¿La plancha para alisar? Dudé. Sin encontrar una miserable respuesta estallé en llanto. Me encerré en el baño y decidí no salir y allí las voces me hablaron como nunca antes. Estaban calmas, pero acechantes, se quejaban, me decían que me lo merecía y disfrutaban de mi dolor. ¿Quiénes son? ¿De una vez díganme quiénes son?... Finalmente me contestaron: somos tus rulos.
A partir de este momento debería escribir en presente, pues estoy ahora mismo redactando esta confesión. En un lugar cerrado como este hay que rogar para que te den papel y lápiz, pero lo logré por mi buen comportamiento. Agradezco que me hayan sacado del baño, tal vez me ocurrieran más desgracias.
7 comentarios:
ANALISIS DEL CUENTO:
Con respecto a la línea temporal: mantiene una linealidad, va contando una historia que tiene bien marcado su principio, su final (cuando resalta que esta en el presente). Por lo que se puede decir que llevo a cabo una secuencia de hechos de manera ordenada. Por otro lado es un ritmo rápido, no se detiene a hacer descripciones extensas, va a los hechos o acciones.
La única sugerencia que propongo, algo que tal vez se podría cambiar en el principio en el segundo párrafo cuando dice “ algo en mi cabeza dolía”, son los primeros indicios de que algo andaba mal , y en vez de poner que le dolía , podría poner que le molestaba o sentía una leve molestia en su cabeza o algo no andaba bien en mi cabeza, no ir directo al dolor, darle mas suspenso, que el dolor vaya apareciendo luego.
Perspectiva del narrador: el narrador es en primera persona, está muy bien lograda la historia con esa persona, no lo cambiaria, ya que el efecto o el resultado no sería el mismo.
Lo fantástico: creo que es logrado, ya que de la cotidianeidad extrae algo extraño, que como dijo Cortázar no debe ser algo excepcional, sino experiencias que se perciban sensiblemente como diferentes a las otras. Como es el caso en este cuento de que los rulos le hablen, tomen vida por un lado, o por otro si realmente los rulos le hablan o es una persona con problemas psicológicos que imagina y escucha cosas, ya que en el final abierto da a entender que se encuentra en un instituto psiquiátrico o en una cárcel. Puede tener múltiples miradas, y múltiples finales este cuento. Esto último es lo rico de este cuento fantástico, deja al lector que deduzca o imagine el final o si lo acontecido realmente sucedió.
Jajá! que gracioso Gabi el comentario que me hiciste, no lo había leído. Es cierto, leer ese tipo de cuentos de noche da miedo. Con respecto a tu cuento, me encantó. Porque cumple la condición de fantástico pero al mismo tiempo es muy realista, sobre todo en la parte donde cuenta los episodios cuando está en clase. El final fue muy logrado y aumenta las ganas de seguir leyendo más sobre la historia. Es un cuento muy original y atrapante, saludos
Sole: buenísima tu sugerencia, es cierto que eso le daría más suspenso. Gracias por tu comentario y tus palabrla... Un abrazo.
P/D: no me enojé jajaja...
Vicky gracias por tu comentario... Un abrazo.
Hola, Gabi!
Es genial tu cuento. Desde el relato hasta la historia. Me re re re gustó.
Muy buena elección cambiar el final. Es fantástico!
Besos! Nos vemos
Gracias Maca. Me hacés poner colorada jaja.
Gabi: Me encató tu cuento. Creo que la eleccion del narrador y la historia son muy buenos. Ademas de que tiene las descripciones y explicaiones exactas, y justas!
Me parece que es un relato q se adapta a cualquer publico. Espero seguir leyendo cosas tuyas!
un beso
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